Introducción
La neuropatía periférica inducida por quimioterapia (CIPN, por sus siglas en inglés) es un efecto secundario común que afecta a muchos pacientes oncológicos, provocando síntomas como hormigueo, entumecimiento y dolor en manos y pies. Estos síntomas pueden persistir incluso después de finalizar el tratamiento, afectando la calidad de vida y la funcionalidad diaria.
Afortunadamente, estudios recientes han demostrado que ciertos ejercicios físicos pueden aliviar estos síntomas y mejorar la función nerviosa. En este artículo, exploraremos siete ejercicios efectivos respaldados por la evidencia científica para ayudar a mitigar los efectos de la CIPN.
¿Qué es la neuropatía periférica inducida por quimioterapia?
La CIPN es una condición que resulta del daño a los nervios periféricos causado por ciertos agentes quimioterapéuticos, como los taxanos, platinos y alcaloides de la vinca. Los síntomas incluyen:
- Hormigueo o entumecimiento en manos y pies
- Dolor o ardor
- Debilidad muscular
- Dificultad para coordinar movimientos
Estos síntomas pueden interferir con actividades cotidianas como caminar, abotonarse la ropa o sostener objetos.
Beneficios del ejercicio en la CIPN
Un metaanálisis reciente que incluyó 15 ensayos clínicos con 1,124 pacientes encontró que los programas de ejercicio físico mejoraron significativamente los síntomas de la CIPN, incluyendo el entumecimiento, el hormigueo y el dolor. Además, se observó una mejora en la calidad de vida y en la función física de los participantes.
El ejercicio puede ayudar a:
- Mejorar la circulación sanguínea
- Estimular la regeneración nerviosa
- Reducir la inflamación
- Mejorar el equilibrio y la coordinación
7 ejercicios para aliviar el hormigueo
A continuación, se presentan siete ejercicios recomendados para aliviar los síntomas de la CIPN. Es importante realizarlos de forma regular y adaptarlos a las capacidades individuales.
1. Caminar sobre los talones y las puntas de los pies
Este ejercicio mejora el equilibrio y fortalece los músculos de las piernas.
Cómo hacerlo:
- Camina 10 pasos apoyándote solo en los talones.
- Luego, camina 10 pasos apoyándote solo en las puntas de los pies.
- Repite el ciclo 3 veces.
2. Ejercicios de coordinación mano-ojo
Mejoran la destreza manual y la coordinación.
Cómo hacerlo:
- Lanza una pelota pequeña al aire y atrápala con la misma mano.
- Alterna entre ambas manos.
- Realiza 3 series de 10 repeticiones por mano.
3. Estiramientos de muñeca y tobillo
Ayudan a mantener la flexibilidad y reducir la rigidez.
Cómo hacerlo:
- Para las muñecas: extiende el brazo y con la otra mano, tira suavemente de los dedos hacia atrás. Mantén por 15 segundos.
- Para los tobillos: sentado, gira el pie en círculos hacia la derecha y luego hacia la izquierda, 10 veces en cada dirección.
4. Ejercicios de equilibrio en una pierna
Fortalecen los músculos estabilizadores y mejoran el equilibrio.
Cómo hacerlo:
- De pie, levanta una pierna y mantén el equilibrio durante 10 segundos.
- Alterna entre ambas piernas.
- Realiza 3 repeticiones por pierna.
5. Masajes con pelota de tenis
Estimulan la circulación y alivian la tensión muscular.
Cómo hacerlo:
- Coloca una pelota de tenis bajo la planta del pie.
- Rueda la pelota hacia adelante y hacia atrás durante 2 minutos por pie.
6. Ejercicios de resistencia con banda elástica
Mejoran la fuerza muscular y la coordinación.
Cómo hacerlo:
- Sujeta una banda elástica con ambas manos.
- Estira la banda hacia los lados, manteniendo los codos pegados al cuerpo.
- Realiza 3 series de 10 repeticiones.
7. Ejercicios de relajación y respiración profunda
Ayudan a reducir la tensión y mejorar la concentración.
Cómo hacerlo:
- Siéntate en una posición cómoda.
- Inhala profundamente por la nariz durante 4 segundos.
- Exhala lentamente por la boca durante 6 segundos.
- Repite durante 5 minutos.
Precauciones y recomendaciones
- Consulta siempre con tu equipo médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicios.
- Comienza lentamente y aumenta la intensidad progresivamente.
- Si experimentas dolor o aumento de los síntomas, detén el ejercicio y consulta a un profesional.
Conclusión
La neuropatía periférica inducida por quimioterapia puede ser debilitante, pero la incorporación de ejercicios específicos en la rutina diaria puede aliviar significativamente los síntomas y mejorar la calidad de vida. La evidencia científica respalda el uso del ejercicio como una herramienta terapéutica efectiva para manejar la CIPN.
Recuerda que cada persona es única, y es esencial adaptar los ejercicios a las necesidades individuales. Con el apoyo adecuado y una práctica constante, es posible recuperar la funcionalidad y el bienestar.