Inmunoterapia y ejercicio: cómo entrenar para potenciar tus defensas

Introducción

La inmunoterapia ha revolucionado el tratamiento del cáncer al activar el sistema inmunitario para atacar las células tumorales. Sin embargo, no todos los pacientes responden igual, y la fatiga puede limitar su calidad de vida. ¿Puede el ejercicio físico mejorar la eficacia de la inmunoterapia y, a la vez, reducir sus efectos secundarios?

La ciencia dice que sí. Nuevas investigaciones en modelos animales y ensayos clínicos en humanos apuntan a que el ejercicio aeróbico moderado puede potenciar la respuesta inmune, en especial aumentando la activación de linfocitos T CD8+, claves para atacar tumores.

¿Qué es la inmunoterapia y cómo funciona?

La inmunoterapia es un tratamiento que estimula el sistema inmunitario para que reconozca y destruya las células cancerígenas. Existen varios tipos, entre ellos:

  • Inhibidores de puntos de control inmunitario (ej. pembrolizumab, nivolumab)
  • Terapias con células T (CAR-T)
  • Citoquinas y vacunas antitumorales

Su efectividad depende, entre otros factores, de un sistema inmunitario funcional y activo.

¿Qué dice la ciencia sobre ejercicio e inmunoterapia?

Aumento de linfocitos CD8+

Un estudio publicado en Nature en 2024 demostró que el ejercicio aeróbico en ratones con tumores aumentó un 175 % los linfocitos CD8+ dentro del tumor, mejorando el efecto de los inhibidores de PD-1.

Ensayos en humanos: beneficios sin interferencias

En un ensayo fase II realizado en Alemania (2023), pacientes con melanoma metastásico que combinaron inmunoterapia con un programa de entrenamiento moderado (3 sesiones/semana) mostraron:

  • Menor fatiga
  • Mejor adherencia al tratamiento
  • Tendencia a mayor respuesta tumoral (aún en análisis)

¿Se puede entrenar durante la inmunoterapia?

Sí, y no solo se puede: se recomienda, siempre que esté adaptado. El ejercicio no solo mejora la función inmunológica, sino que también combate la fatiga, la pérdida de masa muscular y los cambios metabólicos.

Contraindicaciones comunes

Antes de empezar, es importante descartar:

  • Infecciones activas o fiebre
  • Neutropenia grave (<1000 neutrófilos/μl)
  • Dificultad respiratoria o dolor torácico

Consulta siempre con el equipo médico.

Rutina recomendada: low-impact y revitalizante

Esta rutina está pensada para ser compatible con la fatiga y adaptable según el nivel de energía diario. Ideal para hacer en casa o en sesiones supervisadas.

Calentamiento (5 minutos)

  • Respiraciones diafragmáticas profundas × 10
  • Movilidad articular suave (cuello, hombros, caderas)
  • Caminata en el sitio con brazos activos × 2 min

Circuito principal (15-20 minutos)

Objetivo: movilizar el cuerpo, activar sistema linfático, mantener masa muscular

EjercicioRepeticiones
Sentadilla al aire (con apoyo si es necesario)8-12
Press de brazos con banda elástica10
Marcha activa (subiendo rodillas)1 min
Remo elástico sentado o en silla10
Respiraciones con elevación de brazos10

Vuelta a la calma (5 minutos)

  • Estiramientos suaves (cuello, espalda, piernas)
  • Respiración profunda
  • Posición de relajación tumbado o sentado

Consejo: Si un día estás muy fatigado, haz solo el calentamiento y vuelta a la calma. Lo importante es mantener una rutina constante, no forzarse.

Conclusión

El ejercicio físico moderado puede ser un gran aliado durante la inmunoterapia. No solo mejora la calidad de vida y reduce la fatiga, sino que, según estudios recientes, podría aumentar la eficacia del tratamiento al estimular la respuesta inmune.

Empieza con pequeñas sesiones, escucha a tu cuerpo y no dudes en pedir orientación profesional.

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