EJERCICIO Y LINFEDEMA.

PODEMOS DEFINIR EL LINFEDEMA COMO UNA INFLAMACIÓN PATOLÓGICA QUE SE PRODUCE EN LAS EXTREMIDADES U OTRAS PARTES DEL CUERPO. PUBLICACIÓN

  Dicha inflamación, puede venir asociada a dolor, pesadez, etc. Además, este puede progresar desde un un edema leve hasta un edema severo, el cual también puede ir asociado con otras complicaciones como fibrosis, celulitis etc.

Los factores de riesgos que pueden generar un linfedema son tan diversos e impredecibles como:

  • Cirugía.
  • Linfedectomía.
  • Obesidad (se previene con actividad física).
  • Radioterapia.

El linfedema, además de presentarnos problemas a nivel funcional cuando la inflamación producida es muy severa, también puede afectarnos a niveles psicosociales. Se ha visto que las personas que padecen linfedema tienen una calidad de vida en muchos casos menor a las personas que no lo sufren y puede tener efectos asociados como la depresión, ansiedad, frustración, angustia y perjudicar en las relaciones sociales.

Una pregunta muy habitual que nos hacemos es: ¿el ejercicio físico puede aumentar el riesgo de aparición de linfedema?

Pues déjame resolverte la duda recurriendo a lo más fiable que tenemos en la actualidad, la ciencia.
Son varios los estudios (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26440777/) que demuestran que el hecho de realizar ejercicios de fuerza, no aumenta el riesgo de aparición de Linfedema. Aunque es normal que tengamos este miedo, debido a que muchos profesionales médicos nos han metido la idea en la cabeza de no coger más de 2 kg con la extremidad afectada.

Por una parte, entiendo a estos médicos, ya que no se pueden ver en la tesitura de recomendar el entrenamiento de fuerza sin una correcta supervisión. Por lo tanto, el primer consejo siempre va a ser que os pongáis en manos de un profesional cualificado que entienda todos los procesos que habéis pasado, los efectos secundarios de la farmacología y los riesgos que esto puede suponer.

Otros artículos

del blog

×